La gaitaEl tamborUsos de la gaita

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Instrumentos parecidos a la gaita en funcionamiento y finalidad social podemos encontrar a lo largo de todo el mundo con infinidad de nombres. El nombre genérico para los instrumentos de doble lengüeta de viento-madera es chirimía, por lo tanto podemos decir que, al igual que muchos otros, la gaita navarra es una chirimía adaptada a su lugar de uso, en este caso la totalidad de Euskal Herria y ciertos puntos de la Comunidad de La Rioja y Aragón.

En la Península Ibérica se conocen diferentes tipos de gaitas, con nombres tan variados como dulzaina (Castilla y Comunidad Autónoma Vasca), dolçaina (País Valencià) o gralla (Catalunya).

La gaita de Estella-Lizarra es especial, y es especial porque es de Estella-Lizarra e identifica con ella a un colectivo cultural muy concreto. Es el instrumento más emblemático de la ciudad y fundamental en todos los actos festivos.

La gaita

GaitasEl instrumento, tal y como lo conocemos ahora, lo forman diferentes elementos. La boquilla, formada por dos palas de caña común y un tudel, es la parte de la gaita con la que se produce el sonido. Las palas, de forma triangular desde la punta-borde abierto hasta la base (tudel), y puestas y atadas con hilo y alambre una delante de la otra por la parte interior, suenan cuando el instrumentista sopla y el aire pasa por medio creando un efecto Venturi. El tudel, formado por un tubo cónico de metal y una pequeña lámina de corcho que rodea la parte más ancha del tudel (para facilitar su unión con el tubo) es la pieza metálica que une las palas de caña con lo que se denomina tubo sonoro. El sonido producido por la boquilla se modifica al pasar por este tubo de madera de forma troncocónica en el que ocho agujeros y la forma de expulsión de aire determinan la altura de la nota que sonará.

El tubo sonoro es de madera y tiene una medida aproximada de 350 milímetros. El tipo de madera con la que se construyen les gaitas ha dependido de la función que éstas tenían que tener y del poder adquisitivo de cada constructor. Encontramos gaitas de boj, de encino, de olivo y de otros tipos de madera común. Actualmente se construyen de palorrosa, palosanto, granadillo y boj, maderas densas y que, según las investigaciones, ofrecen al instrumentista mayores posibilidades a la hora de conseguir el sonido particular que cada uno busca. Habitualmente el color de la gaita es oscuro; es el color natural que le da el granadillo, pero también se conocen gaitas anteriores, de boj por ejemplo, ebonizadas (teñidas de oscuro), y gaitas más claras, sin oscurecer. El tubo sonoro está dotado de varios aros o “abrazaderas” que protegen y sujetan la madera. Hoy en día los Gaiteros de Estella-Lizarrako Gaiteroak, unos de los constructores de gaitas más consagrados del país, utilizan cuatro abrazaderas de plata (una en la parte estrecha del instrumento y tres en la parte ancha), pero básicamente con una finalidad estética, aunque la primera y la cuarta sí refuerzan el instrumento evitando agrietamientos.

Otra de las características constructivas con las que se conoce la gaita es la “cadena”. La cadena es una chapa metálica (en el caso de los Gaiteros de Estella-Lizarrako Gaiteroak, también de plata) que se adosa en la boquilla, en la parte de arriba del atado, y que está unida al borde de la campana del tubo mediante una cadena. Esta chapa metálica es una característica compartida con muchos otros instrumentos de doble lengüeta de la familia de las gaitas, y habitualmente se conoce como “pirueta”. Todavía hoy con otros instrumentos se utiliza para descansar los labios, pero en el caso de la gaita ha perdido este uso y actualmente ha quedado como mero adorno.

La gaita es un instrumento que, hoy en día, está en do (cuando los instrumentistas hacen un do lo que suena es un “do de piano”), tonalidad que le facilita poder tocar junto con otros instrumentos, pero no siempre ha sido así, ya que a lo largo de los siglos la tonalidad de la gaita ha ido variando y adaptándose a las circunstancias del contexto. Hay quien defiende, no obstante, que la tonalidad de la gaita es la de sol, porque es la escala natural que suena conforme se levantan los dedos de los agujeros de la gaita.

El tambor

TamborA diferencia de otros territorios la gaita nunca toca en solitario, sino habitualmente en un grupo de tres personas denominado, en Estella-Lizarra pareja de gaiteros”; en otras zonas, aunque también se conoce este nombre, se utilizan también terminologías como grupo o banda de gaiteros. Una pareja de gaiteros está formada por dos gaitas (primera y segunda voz) y un tambor; gaita es el nombre genérico del grupo, por lo que cuando se habla de música de o para gaita en ningún momento se excluye la percusión. El tambor es un instrumento de percusión de altura indeterminada encargado de mantener la base rítmica de las melodías que interpretan las gaitas y reforzar y participar en las mismas. Hay documentos de la demanda de esta formación cerrada ya en el siglo XIX (Villafranca, 1999: 64-65). El tambor lo componen básicamente una caja sonora (habitualmente de latón), dos parches (pergamino de cabrito), dos aros de madera de haya que hacen de sujeción de la caja con los parches y una cuerda de cáñamo trallado que une los aros en zig-zag. La tensión de los parches se puede regular moderadamente con unas “orejeras” de cuero adosadas a la cuerda en zig-zag. El sonido vibrante está determinado por el bordón que abraza el parche inferior del tambor. El tambor se percute en el parche superior con dos palos-baquetas de haya.

La gaita de Estella-Lizarra se conoce como tal desde el siglo XIX. Ya en el medioevo, en el siglo XVI, aparecen referencias en Estella-Lizarra a unos instrumentos que denominan “gaitas”, pero no hay ninguna especificidad que nos pueda asegurar que la física y la acústica del instrumento sea la misma que la que conocemos hoy día. Por la información que ofrecen las fuentes, sin embargo, todo apunta a que el nombre “gaita” se ha aplicado, por lo menos, al instrumento que conocemos actualmente. Su aspecto, además, nos lleva a relacionarlo con instrumentos tan antiguos como las chirimías del renacimiento (obsérvese la semejanza entre la gaita y la chirimía sopranino o tiple).

Desde las primeras referencias escritas en el XVI el nombre de “gaita” no deja de ser habitual en papeles municipales, como demanda, sobre todo, de acompañante para grupos de danzas. Hay documentos que nos delatan que la gaita se consideraba un instrumento importante, utilizado por el Ayuntamiento en los momentos más importantes, como es el acompañamiento al Santísimo y los maestros de danzas en las procesiones del Corpus, o como fueron las visitas de los reyes Alfonso XII en 1876 (“El Ayuntamiento con sus dependientes precedido de los Gigantes y cabezudos con la secular gaita y todos vestidos de gala) y Alfonso XIII en 1903. Actualmente sigue siendo un instrumento vivo, y quizás más vivo que nunca gracias a las nuevas escuelas en las que cualquiera que esté interesado puede acceder al aprendizaje de gaita y de tambor.

Usos de la gaita

El nombre de la gaita se relaciona con calle, con danza, con fiesta. La gaita es un instrumento de calle, para tocarlo en lugares abiertos, para acompañar danzas y danzantes (kalejiras, fandango, arin-arin, jota, vals…). Esta función de músico de danza ha estado siempre relacionada con el instrumento (desde su aparición en los archivos en el XVI); actualmente los grupos de danzas de la ciudad se abastecen de la música de gaita, pero no son los únicos. El repertorio de gaita va más allá de los aspectos “tradicionales”. Al ser un instrumento para provocar el baile los gaiteros se abastecen de músicas de moda del momento y las incorporan a su repertorio de calle (chotis, mazurca, zortziko, habaneras…). Es un instrumento polivalente, con un repertorio concreto para cada ocasión: músicas de moda y otras para hacer bailar a la gente en bailables o en actos no oficiales, danzas de la tierra para abastecer a los grupos de danzas, marchas para acompañar a la corporación municipal, “dianas” para dar los buenos días a los madrugadores o a los muy trasnochadores, y repertorio compartido con otras formaciones musicales.

Aunque actualmente se considere un instrumento tradicional la gaita es un instrumento moderno en cuanto a inclusión de repertorio y en nuevas formaciones se refiere. Fue el primer instrumento actualmente considerado tradicional que se incluyó en la Banda de Música de la ciudad dirigida por Ventura Ibarlucea. Fue el gaitero estellés Julián Romano Ugarte (Estella-Lizarra, 1831-1899) el primero que dotó de repertorio de gaita y banda a la ciudad. Las obras para gaita y banda son cada vez más abundantes gracias a los encargos que, por ejemplo, los Gaiteros de Estella-Lizarrako Gaiteroak, hacen habitualmente a compositores de renombre como son Koldo Pastor, Tomás Aragüés o Vicent Egea.

La gaita, considerada instrumento tradicional y por algunos folklórico, es un instrumento actual que está presente en todos los actos festivos, oficiales y no oficiales, de la ciudad del Ega. Los mismos gaiteros y personas externas siguen abasteciendo el repertorio de esta singular formación, tanto con piezas que siguen los mismos patrones que las cercanas al estilo y género tradicionales como con piezas de un estilo de composición más moderno pensadas, quizás, para conciertos.

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